En principio, ayer a la tarde iba a ir con mi hermano a los karts, pero las cosas se torcieron y al final no me dio tiempo a llegar antes de las 20:00, que es cuando se cierra la pista los viernes para el público.
Después, y siempre y cuando haya un mínimo de 8 personas capacitadas para ello, se preparan las carreras, para lo cual es necesario hacer un tiempo medio inferior a los 55″ con un kart de 290cc.
Mi hermano logró una invitación de estas la semana pasada, será perro, así que ayer le acompañe más que nada para ver un poco de emoción y de paso reírme de él un rato. Pues resulta que llegamos a las 20:00 y sólo había tres jóvenes, menores de 15 años dispuestos a saltar a la pista.
Preguntamos a las personas que trabajan allí si no había carrera y nos dijeron que no, pero que si queríamos nos dejaban dar unas vueltas a la pista, previo pago claro está. Así que decidimos montarnos en los karts de 370cc.
Se supone que la diferencia entre uno de 290cc y uno de 370cc, se nota mucho: corren un poco más, son más grandes… Pero luego en la práctica, este cambio tampoco es tan grande. Bien es cierto que con ellos di mi primer trompo en los karts, pero creo que es debido a que la pista estaba muy fría y que aún no controlaba el kart.
La carrera estuvo muy bien, a pesar de que quede 4º, de un total de 5 😉 . Pero teniendo en cuenta que fue mi primer contacto con los 370cc, el trompo de la primera vuelta, con la perdida de tiempo que esto supone y que los tres chavales que quedaron delante mío sabían pilotar bien los 370cc, ya que dos de ellos tienen su propio kart y el tercero no, por que es el hermano de uno de ellos y también pilota; pues creo que el resultado fue bueno.
Por mi parte, nada más. Sólo que estoy esperando al segundo asalto del World Karting Championship, pero esta vez con kart de 370cc.
EDITADO: Por cierto, he aquí uno de los chavales que compitió con nosotros dandose una vuelta en el coche de su padre: