Ayer fue un día bastante duro, había que visitar unos cuantos lugares. así que salimos bien prontito para que nos diese tiempo a regresar bastante pronto.

Primero cogimos la carretera a Tulum (al sur), para tomar camino a Cobá, nuestra primera parada. En Cobá, está la pirámide Maya más alta de toda la península del Yucatán, casi tiene 1el doble de altura que la famosa pirámide de Chichén Itzá. El día anterior intentamos entra en la zona, nos pararon los del ejercito (algo normal por esta zona debido a que muchos latinos usan están carreteras para cruzar México con destino a USA (te usa); pero llegamos a las 17:00 hora de cierre del mismo, así que lo tuvimos que posponer para ayer. La verdad es que es un lugar muy bonito, en medio de la selva, algo que abunda por esta zona en cuanto sales de un lugar urbanizado, y apesar de que el día venía bastante caluroso, entre las sombras de los arboles, se estaba de puta madre. Recorrimos todo el parque a pie y eso que hay que andar unos 3 km para llegar a todos los monumentos, más los 3 km de vuelta 😉 . La verdad es que el monumento principal, está bastante deteriorado, sobre todo si lo comparamos con el de Chichén Itzá, pero el echo de estar en medio de la selva y tener una altura de unos 43 metros, lo hace algo especial. Yo, sólo me atreví a subir hasta la mitad, + o -, algo que considero un hito debido al pánico que le tengo a las alturas.

Tras casi 2 h 30′, salimos del parque para dirigirnos vía Valladolid, el de México, a Chichén Itzá. En el camino, nos paró la Policía, para comprobar si teníamos los papeles del coche en regla, pronto os enseñaré el Seat Leon mexicano, que con el cambio de continente, ha sufrido un cambio bastante drástico. Tras una hora de viaje, llegamos a Chichén Itzá, uno de los lugares más «comerciales» de México. La verdad es que el sitio es muy pequeño, está lleno de gente, al contrario que Cobá; y apenas tiene 4 o 5 cosas para ver. Pero como es de lo más famoso de esta zona, «pos» había que pasar por ahí, para que la gente luego no te lo eche en cara.

Ya mientras estabamos allí, teníamos de banda sonora una tormenta que parecía acercarse a la zona muy lentamente.

En menos de una hora, el asunto estaba liquidado, así que cogimos el coche para volver, en un principio cogimos la «autopista», una carretera igual que una normal, donde puedes ir 10 km/h más rápido y donde te pegan una hostia de puñetera madre; para llegar hasta Cancún y después bajar a Playa.

Pero apenas había pasado un par de kilómetros, cuando la furia del cielo comenzó a descargar sin piedad alguna: la autopista estaba totalmente llena de agua, no se veía ni tres en un burro a partir de un metro y los rayos caían cada 2 x 3 a poca distancia. Así que como pudimos, intentamos llegar a Valladolid y esperar a que el tiempo mejorase. Pero la situación en Valladolid, tampoco es que fuese buena, ya que las calles estaban llenitas de agua y circular con el coche por allí era algo bastante difícil. Tras un par de horas de espera, por fin dejó de llover, parece ser que fue alguna cola de huracán que anda por la zona; y pudimos volver a coger, no el mexicano 😉 , el coche para retomar el camino.

Ya cuando nos estábamos acercando a Cancún, sintonizamos una radio de los 80, parece ser lo único interesante que hay en la radio, en la que pudimos escuchar a los Village People y su «In the NAVY», así como la de «Tainted Love» de Soft Cell, entre otros.

Así que de no haber sido por que las carreteras de por aquí son recta de más de 5 km, curvita, recta de más de 5 km, tal vez hoy no estaríamos aquí para contarlo, ya que las carreteras están bastante penosas, llenas de irregularidades que hacen que conducir sea un poco complicado (ahora se donde graban las escenas en primer plano de las películas donde continuamente giran el volante).