«…no es de un grupo comercial»? Me preguntaba Mai el otro día acerca de la camiseta de MILLENCOLIN que llevaba puesta. «Pero no decías que no escuchas música comercial», eran sus siguientes palabras. A lo que respondí «que esto, ni es música» y ahí quedó la cosa entre risas. Pero hoy toca explicar un poco más en serio, el porqué llevo una camiseta y/o escucho MILLENCOLIN.
Para quien no lo sepa, MILLENCOLIN es un grupo de hardcore melódico (tócate los cojones), punk pop (sigue tocándotelos) o como queráis llamarlos sueco, concretamente de que Örebro. A mediados de los 90 se puso de moda el skate punk (otro modo de llamar al estilo de música que hacen) con grupo, la mayoría de ellos yanquis, más o menos afines musicalmente en el que se mezclaban una actitud punk, con melodía y un poco de skate y/o surf. Pues bien, MILLENCOLIN formó parte de aquella ola.
En aquellos tiempos, odiaba todo lo que no fuese metal, y por supuesto, ese tipo de música no lo era, luego había que odiarlo. De hecho, había una especia de guerra en el instituto donde estudiaba, donde los metaleros, pocos y la mayoría de ellos heavies (otro foco de infección); teníamos que abrirnos paso entre los «napa» que escuchaban ese bodrio de música mientras llevaban sus pantalones a la altura de las rodillas y camisetas y zapatillas amplias.
Pero con el tiempo, aparte de adoptar una semejanza a la hora de vestir; he sabido apreciar que no todo es malo en la escena «popera». El día que descubrí a NASUM, me quedé de piedra al descubrir que Mieszko compartía trabajo con Mathias en los Soundlab Studio, propiedad de ambos. Poco a poco, fuí descubriendo que a la escena musical en Örebro, le daba igual es estilo de música que tocase un grupo, lo importante era apoyarla y así hacían MILLECOLIN con la escena grind, de echo les encanta la música grind; o la metalera y los propios NASUM con la escena más punk.
Así es como poco a poco fui descubriendo a MILLENCOLIN, primero con unas pocas canciones, después con algún que otro disco entero. No me apasionan, pero sus actitud me gusta: fieles a su estilo, apasionados a la música.
Venga, ahora que ya sabéis uno de los secretos que más vergüenza me daba contar, podéis preparar las piedras para arrojarlas contra mi cuerpo, que os estaré esperando.
Entonces no contamos el otro, el de la canción que aprendiste con la guitarra, ¿No? 😉
Todo a su debido tiempo Kike. Por lo menos deja a que me recupere de los golpes que me van a dar durante un par de meses.
Millencolin jamás serán unos auténticos punkies… porque no tienen perro! Ni flauta.
El punk hace tiempo que murió a pesar de lo que digan muchos.