Normalmente suele costar mucho que me enfade, eso sí, el día que me enciendo tengo un pronto bastante malo y sino que se lo pregunte, por ejemplo al listo de hoy… Eso sí, hay un par de situaciones que hacen que mi furia se desate y estalle con muy poquito y hoy os presento una de ellas: los coches y la carretera.
Cuando odio al típico listo que siempre intenta meterse en el último segundo en el hueco que dejas por «seguridad», aunque creo que deberían llamarle «seguro que se te mete». Siempre apurando, siempre jodiendo, incapaces de esperar 10 segundos más y creando muchas veces incidentes y/o incluso accidentes en los que pocas veces se ven involucrados: vuestra puta madre (con todo el respeto que os merecéis)
Otros a los que no soporto, son a los listos que aparcan con el «oído» o esos que abren las puertas con el «tope». Normalmente, este tipo de personas suelen tener el coche bastante destartalado, o un cochazo imponente o de empresa, vamos, el típico al que se la suda lo que le pase al coche, ¡total…!
Y hoy, por desgracia, con uno de estos últimos nos hemos topado, y ya van dos veces «listo», que me acuerdo de tu matrícula (que desgracia la mía la de acordarme de estas cosas). Menos mal que esta vez, yo también te he dejado un regalito, no digo lo que es que me juego el cuello XDDD, aunque en realidad verdad tampoco es nada del otro mundo, mal pensados. Ojo por ojo, diente por diente.